Este rincón del comedor necesitaba un cambio pero no sabia muy bien qué hacer en él. La casualidad quiso que encontrara el cuadro ideal.  Investigando para hacer cuadros para utilizar en mis trabajos de home staging vi un cuadro que me enamoró para utilizarlo en mis futuros proyectos.

Hicimos un dibujo a tamaño real y creamos una plantilla para dibujar sobre el lienzo ya que, como muchos sabréis, el lápiz no se puede borrar una vez marcado en el lienzo.

 

 

 

 

A la hora de escoger el color mi marido no estaba muy conforme pero al final nos tiramos a la piscina y la verdad es que, viendo el resultado, creo que fue una elección acertada.

Una vez acabado lo llevamos del taller a casa para ver el efecto una vez colgado en la pared y allí se ha quedado. Yo siempre digo que los cuadros y obras general encuentran su ubicación ellos solos.

El cuadro de la trompeta (como lo llamamos nosotros) ha venido para quedarse.

 

Y a vosotros, ¿os gusta?